paso el tiempo y un día hablando con mi abuela le conté lo sucedido aquella noche, ella al oír la historia me respondió que hacia muchos años en esa misma habitación se había ahorcado una mujer después de sufrir los maltratos y abusos de su padre por ese motivo ella molestaba a los hombres que habitaban aquella habitación.
¿Para qué mirar películas de terror cuando la realidad misma puede ser igual o incluso más aterradora?
25 abr 2014
La habitación maldita en la montaña
24 abr 2014
El cartucho maldito de Mario 64
Recuerdo que cuando era joven me gustaba mucho el juego de
Super Mario 64 siempre lo jugaba en casa de mi tía, un día de por casualidad
apareció un pop-up en el que podía pedir el juego, normalmente no creo en estas
cosas pero era tal la nostalgia, así que lo ordené y me costó unos 10 dólares,
nunca más pude volver a ver el pop-up (No guarde la url) , después de unas
semanas llegó el juego, apenas lo abrí me sentí robado puesto que en vez de
estar una portada con mario volando y un sello oficial de nintendo vi una caja
en blanco con el titulo: Mario escrito de mala gana y con marcador grueso, pero
recordé que lo importante era el juego, así que desempolvé mi vieja 64 y me
puse a jugar, a penas empezo vi la cara de mario, la que podías estirar de
formas muy graciosas, estire un poco una parte y cuando iba a estirar la oreja,
el televisor comenzó a emitir estatica además de algunos sonidos aleatorios y
escuché una voz en japones que susurraba y silvaba, quité eñ cartucho y volví a
ponerlo, no me molesté con el rostro de mario otra vez, así que solo empecé una
nueva partida, cuando empezó se había saltado el monologo en el que peach
invitaba a Mario a su castillo, de inmediato Mario estaba en el castillo que se
veia muy tenebroso no se escuchaba a bowser ni había ningún toad con quien
hablar solo había silencio muerto y a la unica puerta que podía acceder era la
del Campo de batalla de los bob-ombs, ninguna otra puerta respondia a los
comandos del control.
Cuando entré a la habitación en vez de cuadro de los bob-ombs
había un lienzo en blanco, pensé que eran glitches menores que no afectarían el
juego así que entré en el lienzo, cuando tenías que elegir la misión en un
fondo blanco con una estrella de mario todo se volvió negro en lugar de
aparecer el nombre de la misión apareció otro con el nombre "Volver
atrás" (No se como si supuestamente el juego está en japones :l)
Ahí empezó el escenario normal creí que por fin podría jugar
a mi juego de la infancia favorito con tranquilidad, pero ahí fue donde lo
ví... Luigi, nunca lo ví en el juego, además no parecia un cambio de paleta de
mario, parecía un modelo totalmente original, así que lo perseguí, pero comenzó
a correr después todo se volvió extraño, cada vez que tomaba una moneda la
música y los enemigos se volvían mas lentos y el fondo más tetrico y morbido
cuando tomé la quinta moneda los enemigos solo se detuvieron y cayeron al piso,
como si estuvieran muertos, estaba bastante impactado pero seguí buscando a
Luigi.
Cuando subía la montaña, no había balas de cañón bajando e
intentando golpearme y a ese punto ya no podía ver a Luigi seguí subiendo hasta
que llegué a la cima, no ví a luigi en ningun lado ni tampoco al rey bob-omb,
solo una pequeña cabaña. no habia ningun objetivo así que entré en la cabaña.
a penas la puerta se cerró apareció la imagen de Luigi
colgado que fue acompañado por un horrible chirrido muy aterrador junto a un
sonido de un piano, Mario comenzó a sollozar como por 5 minutos y luego la
pantalla se desvaneció para sacar a mario de la pintura, y en lugar del lienzo
blanco, apareció la imagén de luigi colgado. la habitación cambio, ahora era
una pequeña habitación con toads con expresiones blancas y tunicas blancas, del
otro lado había una nueva imagen, que era de mi familia, pero era muy reciente
recuerdo haber posado para ella la semana pasada, estaba muy asustado no había
forma de que jugara eso, intenté apagar la consola, quitar el cartucho y nada,
el juego seguía ahí intente desenchufar el televisor y la consola pero estaba
condenado a jugar, asi que salté al cuadro la unica misión disponible se
llamaba: "Corre, No hables" y el unico objetivo era "Dejemoslo
ir"
el escenario era un monton de plataformas sobre el agua y vi
un bulto negro, un fallo no sé que era ni siquiera parecia un modelo terminado,
se movía sin dirección ni objetivo estuve saltando de plataforma en plataforma
sin objetivo ni final, mario solo corría en circulos podría haberlo hecho por
horas hasta que el bulto negro lo alcanzó, Mario no gritó ni se opuso solo se
dejó consumir y perdi una de mis vidas asi que mario salió disparado de la
pintura, pero esta vez algunos toads desaparecieron y la foto de mi familia,
parecia la misma pero nuestros cuerpos se veian parcialmente descompuestos,
parecía demasiado real para ser photoshopeado como si alguien hubiera tomado
nuestros cuerpos y les hubiera tomado la foto, volví a saltar al cuadro, la
mision esta vez se llamaba "Estoy por aquí" escrito así exactamente
(según el juego estaba en japones yo no se ahora :l)
esta vez era una habitacion oscura sin ningun lugar a donde
ir, solo estaba mario y un piano, sabia que debia correr del piano loco que
quería matar a Mario, pero no había ningun lugar a donde ir, tuve que dejar que
mario recibiera el daño, pero en vez de la secuencia de muerte de siempre, esta
vez Mario cayó al piso y comenzaron a salirse las tripas y la sangre, la camara
se colocó de forma que se viera desde arriba a mario muerto y derrepente la
pantalla completa enseñó la escena de manera fotorealistica del cadaver de mario,
empecé a llorar silenciosamente.
Mario salió disparado de nuevo de la pintura esta vez los
cuerpos se veian mas y mas descumpuestos demasiado repulsivos, agujeros en la
carne, las tripas saliendo y mi padre tenía un globo ocular fuera de su cuenca,
derrepente vi la imagen de el castillo de peach en ruinas los campos
incendiandose y el cielo se tornó de negro se escucho la voz de bowser
"NUNCA PODRÁS SALVARLA" (Insisto que segun el juego estaba en
japonés) luego vi la imagen de peach sin ojos, solo agujeros negros y abrio la
boca para un espeluznante susto, entré por ultima vez al cuadro, no habia
nombre para la misión, solo logré leer "Bucea" y había un oceano pero
ningun objetivo el agua estaba oscura y vacia no habia peces ni nada, nade y
nade por 10 minuos pero cuando no consegui nada subí, hasta que mario fue
tragado por un pez que apareció de la nada, ahí salió la pantalla "Juego
Acabado" y vi la foto de mi familia pero esta vez eran esqueletos, muy
reales, intente acceder tres veces a la partida pero no lo logré, abrí la otra
partida, pero esta vez la foto de los esqueletos no se parecia a la primera...
como si fuera otra familia.
El Rey Baja
Fue hace tres semanas. Estaba en Google buscando sitios
divertidos para ver. Encontré un imageboard muy Peculiar. Todo mundo hablaba
críticamente sin sentido. Ellos decían cosas como "Hiel yo los vi esta
noche. La propiedad da nos levantamos en altos 99924028 EL REY BAJA"
Esa era una frase que se usaba con frecuencia. "El Rey
Baja." Primero pense que era Spam por los numeros que aludian esa frase,
pero...su uso era demasiado frecuente y erratico como para ser spam. Habia
errores ortograficos, y los numeros no parecian ser al azar.
Decidi, al carajo, voy a ver que pedo con este sitio. Postee
en lo que parecia ser un "random board" casi como /b/, (no habia tema
designado en ningun topic). Yo dije hola, soy nuevo, y queria iniciar un tema
divertido. Les dije que pusieran las imagenes mas graciosas que tuvieran.
Ahi empezo por primera vez. recuerdo el primer comentario
moy bien. decia "Bueno ver. ¡U juntura la AYUDA! ¡AYUDA!" Desde ahi
se puso raro. Me dijeron que ignorara "los injertos." Asumi que era
una broma interna. Desde ahi, Empzaron a hablar como locos. Posteaban lo que
parecian numeros y letras al azar, caracteres de varios lenguajes (unos pocos
parecieron rusos, y medio- orientales, tambien habia koreanos y chinos.)
No tenia idea de lo que pasaba.
Vi la frase de nuevo. Numeros y luego "El Rey
Baja."
Despues de eso, la electricidad se corto. obscuridad total.
me frikie enseguida. revise y los fusibles se habian botado. los cambie, la
energia regreso. Cuano regrese a mi computador, Estaba la imagen de un
pequeñin. Era caucasico, no tenia mas que 10 años.
Me sente, desconcertado, pero curioso. El chico sonrio, y
parecia que hablaba, pero no oia nada. Mis bocinas estaban encendidas, asi que
subi el volumen. Apenas y oia lo que decia, Era un siseado murmullo. subi a
todo volumen, y seguia escuchandose el debil murmullo. Sus labios se movian
lento.
Pegue oreja al altavoz para oir. Entonces grito, una
explosiva y terrible voz que me gritaba como un demoniaco dios. La imagen
cambio, El pequeño lloraba, sus ojos sangraban mientras blancas manos le
arrancaban la piel de su rostro.
Se fue la luz de nuevo.
Otra vez los fusibles. cuando regreso la energia, Todo
normal. Mi computador encendio normalmente, y nada tenebroso paso.
Empece a recibir E-Mails. Eran extemadamente cripticos, y
llenos de codificados numeros, casi copmo los posts. Me enviaron uno que estaba
en español regular, que decia, "Solo pasalo, SOLO PASALO CHINGADO." Y
no supe que significaba.
Me levante para tomar agua, y me congele con miedo. de mi
techo colgaba un hombre, balanceandose gentilmente. En las paredes, Escrito con
sangre seca, decia: "EL REY BAJA." Para cuando parpadee, la vision se
habia ido.
Siguio por semanas.
Regrese al board, Me estaba volviendo loco. Justamente
cuando me iba a confinar a un pinche manicomio, Lei un post con tal coherencia:
"Pasa a el rey, pasa a el rey."
El Tema se elimino antes de que siquiera yo pudiera verlo.
Hice un nuevo tema, Y cuando teclee,las palabras en mi mente no eran las que
aparecieron en pantalla. mis dedos tenian mente propia. Escribi dos cosas.
"HGHSUTHS." y "4918484 EL REY BAJA."
Entonces me di cuenta. Estaba pasandola. Las alucinaciones
pararon. Estaba Bien. Aprendi como estar seguro.
Lo siento...
HAKKSITMS 44919174 EL REY BAJA...
Mereana Mordegard Glesgorv
Hay un video en YouTube llamado Mereana Mordegard Glesgorv.
Si lo buscas, no encontrarás nada. Las pocas veces que lo encuentres, verás un
video de 20 segundos de un hombre mirando fijamente a la cámara, sin emociones,
luego sonriendo los últimos dos segundos.
El fondo no está definido. Esta es la única parte en línea
del video.
El video completo dura 2 minutos, y fue removido por YouTube
luego de que 153 personas que lo vieron se sacaran los ojos y los enviaran a
las oficinas de YouTube en San Bruno. Dichas personas luego se suicidaron, y no
se sabe como lograron enviar los paquetes.
Y había una inscripción críptica en sus brazos que aún no ha
sido descifrada.
YouTube periodicamente sube los primeros 20 segundos del
video para evitar sospechas, así las personas no buscarán el video real y lo
subirán. El video en sí fue visto por un miembro del Staff de YouTube, que
comenzó a gritar luego de 45 segundos. Este hombre está bajo sedado todo el
tiempo, y es incapaz de recordar qué vio.
Las otras personas que estaban en el mismo cuarto que él, lo
vieron y apagaron el video por él, diciendo que solo podían oír el sonido de un
taladro. Ninguno se atrevió a mirar la pantalla.
Nunca se halló a quien subió el video, y la dirección IP de
éste era inexistente. Y el hombre del video jamás fue identificado.
El amante nocturno
Otra vez, otra vez ese terrible sueño. Ya estoy cansada. La
primera vez pensé que sólo era un sueño, la segunda y tercera vez pensé que era
la impresión que me había causado, pero ahora… estoy asustada. Esta última vez
fue tan real… No quiero dormir, porque sé que volveré a soñar con eso. Pero,
¿qué es? No…, no lo sé, nunca he querido abrir los ojos para verlo, el miedo me
consume…
No lo negaré, el primer sueño lo he disfrutado. Nunca me
había sentido así, fue la sensación de morir y vivir a la vez. Entre sueños,
sin saber si aún dormía o si había despertado, pude sentir unas manos sobre mi
cuerpo. Sentí cómo pasaban por mis piernas, por mi abdomen, mi pecho y entre
mis piernas. Después sentí todo un cuerpo encima de mí y una respiración en mi
oído. Y cuando esa cosa llegó a mis piernas, sentí un terrible y frío dolor,
quería despertar pero no pude. Quise gritar de dolor, pero no pude hacerlo.
Poco a poco el dolor fue desapareciendo, y de un momento a otro, el dolor se
convirtió en placer. Recuerdo sentir ese cuerpo moverse encima de mí. Yo sólo
movía mi cuerpo en conjunto con aquel y me aferré a las sábanas de mi cama. El
placer aumentaba cada vez, sentía que ese momento se acercaba… y llegó a mí,
como una explosión de nuevas sensaciones. Me convulsioné en múltiples orgasmos…
me sentí tan viva, que pensé que alguien había entrado a mi casa y se había
aprovechado de mí. Abrí los ojos y miré a mi alrededor, pero no había nadie,
sólo estaba yo, pues vivo completamente sola.
Al día siguiente desperté tan cansada y exhausta como nunca
lo había estado, pensé que era por aquel sueño. Cuando me levanté, vi que
estaba manchada de sangre. Me asusté, pero luego recordé que mi periodo se
acercaba, tal vez sólo se había adelantado… pero no era así.
Pasaron dos noches más y volví a tener ese sueño, fue igual
que el anterior. Pasó una semana, y lo soñé por tercera vez. Aunque lo disfruté
como la otra vez, sentí miedo. ¿Estos sueños se habían convertido en un hábito
para mí? Cada día que despertaba de una noche como ésa, estaba exhausta y con
poca fuerza y había algo pegajoso entre mis piernas. Me parecía que cada vez
era más y más cansado el despertar.
Mi aspecto cambió, ahora era muy delgada, mi piel se veía
gris, tenía unas feas ojeras y siempre me sentía cansada. “¿Qué te ha pasado?”,
preguntaban todos, cosa que yo no podía responder, pues no entendía qué me
pasaba. Pero de algo estaba segura, eran esos sueños. Eso que venía por las
noches, venía por un propósito, y estoy segura de que era para llevarse poco a
poco mi vida. Algo debía hacer, ¿pero qué? Me dediqué a buscar a pesar de mi
cansancio, pasé toda la noche investigado; quería saber qué era eso y cómo
hacer que se fuera.
La noche siguiente me acosté como de costumbre. A pesar del
terror que sentía y de que no me sentía nada segura al dormir, el cansancio me
venció y me quedé profundamente dormida. De repente, sentí que alguien se
acercaba a mí, esa cosa había vuelto. Lo sentí sobre mí, pero esta vez no iba a
dejarme. No sé cómo, pero esta vez pude hablar y grité con todas mis fuerzas,
“¡Vete de aquí! ¡Déjame!”. Grité tantas veces como pude y finalmente pude abrir
los ojos. Aun en la oscuridad, al fin pude verlo: era un hombre alto, de piel
blanca, su cabello era largo y oscuro, sus ojos parecían no tener pupilas y ser
completamente negros… su mirada era de superioridad, y su cuerpo era perfecto.
Era el hombre más hermoso que jamás había visto en toda mi vida. Él se levantó,
me miró por varios momentos y dijo: “Eres la primera”. “¿Quién eres?”, le
pregunté. Él se alejó, y con cada paso que daba su cuerpo empezaba a
deteriorarse, empezaba a jorobarse, su cabello desaparecía y un hedor empezó a
emanar de él. Respondió mi pregunta, se fue y todo quedó en silencio.
Mi vida volvió a la normalidad. Desde entonces, él no ha
vuelto y sé que no volverá, porque he sido la primera que se ha negado a
abandonar todo por él. No creo que vuelva a ver a Larimón…
The Grifter
"Lo postearon hace unos años, en el 2007 o el 08 bajo
un link extranjero, con el OP (Original Poster) que posteó el link diciendo qué
jodido estaba.
Era realmente borroso, y de lo que puedo recordar, mostraba
cosas extrañísimas, como una bañera llena de gusanos, pinturas antiguas
derritiéndose, bosques, colores parpadeantes, texto en un lenguaje diferente
(de lo que recuerdo), todo mientras una extraña voz tocaba lo que sonaba como
un murmullo extraño, si es que han visto el video de 'there is nothing',
similar a la misma voz, pero más indistinguible.
Entonces se volvió un poco menos borroso, y había un video
de un pequeño perrito siendo agarrado por el cuello, retorciéndose de dolor
pero con gritos similares a los de un niño... luego mostró una guardería, con
muchas cunas, todas con niños adentro, muertos.
La cámara se acercó a una de las cunas y uno de los recién
nacidos se levantó un poco, comenzó a llorar y sangrar de los ojos y boca.
Luego otra toma de un sótano (como a linicio), con una mano
deforme desapareciendo en un charco de sangre. Luego mostró más texto (alguien
'dijo' que el texto significaba 'tu raza es una que está muriendo'), con la
imagen de una planta pudriéndose con rapidez, close ups de cadáveres.
Y puedo describir que tenía casos de posesión demoniaca y
exorcismos que claramente nunca han sido vistos fuera del país de origen de la
cinta. Mientras esto pasa, la voz que habla calmadamente, comienza a gritar de
dolor y sufrimiento, algo sumamente aterrador. Luego regresan los murmullos,
como de una radio con mala recepción, a lo largo del video."
¿¿Mi amigo un Demonio??
Lunes 8 de diciembre del 2006 :
Estábamos jugando a la Quija con Daniela y Rigoberto, eran
las 12:48 y ya habiamos terminado la sesión. Fueron largos 48 minutos de
escalofrío y curiosidad, nada interesante, nada. En absoluto, no pasó nada.
Ahora me doy cuenta que la Quija siempre fue una farsa.
Martes 9 de diciembre del 2006 :
Rigoberto es un terco, me ha insistido a que juguemos a la
Ouija otra vez. Le pregunté a Daniela y me dijo que le daba lo mismo, asique en
la noche nos juntariamos otra vez.
12:00 Pm en la noche:
Mis padres habían salido, mi casa estaba oscura, sólo unas
cuantas velas nos daban luz. La noche era perfecta para la sesión de Ouija.
Empezamos a hacer los rituales habituales cuando empezó a pasar el tiempo.
Abrimos la puerta del más allá y Rigoberto se puso raro. Que le pasa?, le
pregunté a Daniela. Rigoberto se paró y dijo que iba a vomitar al baño, pues
estaba mareado. Empezamos a sentir una voz del baño, parece que estaba hablando
solo. Tuve que ir a verlo y cuando entré, lo ví hablando con el espejo.
Que te pasa?, pareces un loco.
Nada, estaba viéndome al espejo, parece que estoy pálido.
Y porque hablabas?
Yo no he hablado.
No habia caso, me porfiaba que según él, no estaba hablando.
Tuve que callar.
Miércoles 10 de diciembre del 2006 :
Hoy fue un dia muy malo, Primero cuando estábamos en clase,
Rigoberto empezó a portarse mal y la profesora le llamó la atención. Rigoberto
la insultó y lo suspendieron. No sé que le pasa, está muy raro ultimamente.
Jueves 11 de diciembre de 2006 :
He traido el diario al colegio, estoy espiando a Rigoberto,
está portándose muy raro. Es recreo. Lo estoy siguiendo, por ahora solo va
caminando por el pasillo. Hey, ha chocado con alguien, estan discutiendo,
parece que va a haber mocha. Después sigo escribiendo, diario, han tocado la
campana.
Segundo recreo:
Se ha armado la mocha, los alumnos han formado un círculo y
Rigoberto y el otro tipo van a pelear, esto esta bueno. Oh!, el tipo le ha dado
un puñetazo a Rigoberto... Que mierda!, Rigoberto ha sacado una cuchilla,
que?...
El 24 de Agosto, este diario fue encontrado botado por los
alrrededores del colegio que fue cerrado, estas páginas no alcanzan a contar el
descelance de esta historia, pero yo soy uno de los sobrevivientes de la
tragedia. Me llamo Reymundo, y ví todo lo que pasó, asique, He querido
escribirlo aquí, pues quiero que el que esté leyendo esto, lo sepa, sepa lo que
pasó ese dia...
Rigoberto sostenía el cuchillo, y se lo clavó en el cuello
al "tipo", después fue matando a todos los del círculo y a los que
corrían, los perseguía cuchillo en mano. Yo estaba debajo de la escalera, me
habia alcanzado a refugiar. Rigoberto también mató a su amigo, el dueño del
diario, clavandole el cuchillo en la frente. Después llegaron las autoridades
del colegio y ásesinó a todos los profesores. El colegio estaba lleno de sangre
y cadáveres. Era un verdadero infierno, y ese demonio, ese chico, con el
cuchillo en la mano y la polera del colegio llena de sangre. El director logró
sostener del brazo al niño y le arrebató el cuchillo, pero este, corrió hacia
los baños, se encerró en una cabina y se suicidó. Nadie sabe que le pasó a
Rigoberto, porqué, ese cambio tan repentino. Pero después de yo haber leído
tantas veces este diario, he llegado a la conclusión que la Ouija le hizo mal o
se le metió un demonio...
El Suicidio de Calamardo
Fuí interno en Nickelodeon Studios durante el 2005 para
obtener mi título en animación. No me pagaban, de hecho la mayoría de las
pasantías no son pagadas, pero tuve algunas experiencias más allá de la
educación.
Los adultos no lo ven como un buen trabajo, pero la mayoría
de los niños se cagarían si pudieran estar ahí. Como trabajaba con editores y
animadores, me tocaba ver los capítulos nuevos antes de que salieran al aire.
Iré al grano sin dar muchos detalles.
Acababan de hacer la película de Bob Esponja y el staff
entero estaba falto de creatividad, así que les tomó mucho tiempo iniciar la
siguiente temporada. Pero en realidad, el retraso duró más por razones
perturbadoras.
Hubo un problema con el primer episodio de la temporada que
retrasó por meses a todos y a todo. Otros internos y yo estábamos en el cuarto
de edición junto con los animadores principales y los editores de sonido,
listos para hacer el corte final. Recibimos una copia de lo que se suponía era "Fear
of a Krabby Patty" y nos reunimos alrededor de la pantalla para ver.
Ahora, dado que no era el corte final, a veces los animadores ponían un título
falso en tono de broma, un chiste interno como "Como no funciona el
Sexo" en lugar de "Rock-a-by-Bivalbe" cuando Bob y Patricio
adoptan una ostra.
Nunca fue nada en particular gracioso, pero siempre fueron
chistes relacionados con el trabajo. Así que cuando vimos como título
"Squidward's Suicide (el Suicidio de Calamardo)" no pensamos que
fuera algo más que una broma mórbida. Uno de los internos incluso emitió una
risa seca.
Comienza con la música alegre de siempre.
Inicia con Calamardo, practicando con el clarinete, errando
algunas notas como siempre. Oímos a Bob riéndose afuera; Calamardo se detiene y
le grita que se calle, puesto que tiene un concierto esa noche y necesita
practicar. Bob dice que sí, y se va a ver a Arenita junto con Patricio.
La splash screen de burbujas aparece y entonces vemos el
final del concierto de Calamardo.
Aquí fue donde todo se puso raro.
Al estar tocando, algunos cuadros se repitieron una vez,
pero el sonido no (en este punto el sonido ya está alineado a la animación, y
eso no era común), pero entonces deja de tocar, el sonido termina como si nada
hubiese pasado. Hay murmullos en la multitud antes de que comiencen a
abuchearlo.
No eran abucheos de caricatura comunes en el show, se podía
escuchar malicia en ellos.
Calamardo estaba visible de pie, nervioso y viéndose
asustado. La imagen cambia, esta vez hacia el público; Bob Esponja está en el
centro, y también abuchea, comportándose muy diferente a como lo hace siempre.
Lo más rato de todo, es que todo mundo tiene ojos híper
realistas. Muy detallados. Cláramente no fotos de ojos reales, pero algo un
poco más real que CGI. Las pupilas rojas. Algunos nos miramos entre sí,
obviamente confundidos pero como no éramos los escritores, nunca nos
preguntamos como le atraería eso a los niños... aún.
La toma cambia, Calamardo sentado en la orilla de su cama,
viéndose muy mal.
Por su ventana se ve la noche, así que es poco después del
concierto. La parte más aterradora es que en este punto, no hay sonido.
Literalmente. Ni siquiera el sonido de los speakers en la habitación. Como si
estuviesen apagados, aunque estaban trabajando perfectamente.
Calamardo solo estaba ahí, sentado y parpadeando en silencio
como por 30 segundos, entonces comenzó a llorar. Sonaba como una pequeña brisa
a través de un bosque. Luego se cubrió la cara y lloró en silencio por un
minuto, mientras el sonido poco a poco comenzó a intensificarse.
La pantalla poco a poco comienza a acercarse a su rostro.
Por "poco", me refiero a que solo es notable si miras las tomas con
10 segundos de diferencia. Su llanto se vuelve más fuerte, lleno de dolor e
ira. La pantalla se deforma, como si se doblara sobre sí por un segundo antes
de volver a la normalidad. El sonido leve como de viento se vuelve más intenso
y más severo, como si hubiese una tormenta.
La parte tétrica es que este sonido y el llanto de Calamardo
suena demasiado real, como si el sonido no viniera de los speakers, como si
estos fueran agujeros y el sonido viniese de otro lado.
Aún si el estudio tiene un buen equipo de sonido, no tienen
el equipo necesario para producir sonido de esta calidad.
Bajo el sonido del viento y el llanto, algo comenzó a sonar,
una especie de risa en intervalos raros y nunca durando más de un segundo para
que no pudieras oírlo con facilidad (vimos esto dos veces, así que perdónenme
si las cosas suenan muy específicas, pero he tenido tiempo para razonar sobre
ellas). Luego de treinta segundos de esto, la pantalla se puso borrosa, se
torció violentamente y algo parpadeó rápidamente sobre la pantalla, como si
faltara un cuadro de animación. El editor principal de animación puso pausa y
regresó cuadro por cuadro.
Vimos algo horrible. Era la foto de un niño muerto, de no
más de seis años de edad. Su cara estaba deformada y ensangrentada, un ojo
colgando sobre su rostro. Estaba en ropa interior, con el estómago abierto y
las entrañas yaciendo a su lado. Estaba tirado en una especie de pavimento,
probablemente algún camino.
La parte más aterradora era que se podía ver la sombra del
fotógrafo.
No había cinta del crimen, no había evidencias o marcas, y
el ángulo estaba completamente erróneo para ser parte de evidencia de un
crimen. Pàrecía como si el fotógrafo fuese el culpable de la muerte del niño.
Estábamos mortificados por supuesto, pero seguimos, esperando que fuera una
broma torcida y enferma.
La pantalla regresó de nuevo a Calamardo, aún llorando más
fuerte que antes, y con la mitad del cuerpo en la toma. Ahora, había sangre
corriendo por su rostro, saliendo de sus ojos; los cuales estaban dibujados de
forma hiper-realísta, como si al tocarlos, pudieses mancharte de sangre. El
viendo ahora sonaba como un huracán a través de un bosque; incluso con sonidos
de ramas rompiéndose.
La risa, un barítono profundo, ahora duraba más y era más
frecuente. Tras 20 segundos, la pantalla volvió a deformarse para mostrar una
foto de un solo cuadro. El editor dudó en repetirla, pero sabíamos que debía
hacerse.
Ahora, la fotografía era de una niña pequeña, no mayor que
el niño de la primera. Estaba tirada sobre su estómago, un charco de sangre a
su lado. Su ojo izquierdo también había sido extraído, y estaba en ropa
interior. Sus entrañas estaban en su espalda, saliendo de un corte. De nuevo,
el cuerpo estaba en la calle y se podía ver la sombra del fotógrafo, similar en
tamaño y forma a la primera.
Casi vomité, y una interna, la única mujer de la habitación,
salió corriendo. El show continuó. Luego de cinco segundos tras la foto,
Calamardo se calló al igual que todo sonido, como cuando empezó. Se retiró las
manos y sus ojos estaban dibujados en híper-realismo como los otros al
principio del episodio.
Sangraban, inyectados de sangre y pulsando. Solo miraba la
pantalla, como si viese al espectador. Luego de 10 segundos, comenzó a
sollozar, esta vez sin cubrirse los ojos. El sonido era agudo y fuerte, y
mezclado con gritos. Lágrimas y sangre escurrían por su rostro como un
torrente.
El sonido de viento volvió junto con la risa de voz
profunda, y esta vez la fotografía duró por 5 cuadros.
El animador pudo detenerla en el cuarto y retrocedió. La
foto era de un niño de edad similar a los anteriores, pero esta vez era
diferente.
Las entrañas estaban saliendo del estómago, siendo
arrancadas por una gran mano; el ojo derecho arrancado y colgando, sangre
escurriendo de él. El animador procedió.
Era difícil de creer. Avanzó al siguiente cuadro, la misma
cosa. Volvió al primero, reproduciéndolos rápidamente y entonces yo me quebré.
Vomité en el piso; los animadores y editores estaban viendo horrorizados la
pantalla.
Los 5 cuadros no eran 5 fotos diferentes, eran LOS CUADROS
DE UN VIDEO. Vimos como la mano levantaba lentamente las tripas, vimos los ojos
del niño enfocándose en la mano, y vimos parpadear al niño los últimos dos
cuadros. El editor principal de sonido nos dijo que paráramos, que tenía que
llamar al creador para que lo viera por sí mismo. El Señor Hillenburg arribó
quince minutos después, confundido y sin saber porqué lo habían llamado, así
que el editor siguió con el episodio. Una vez que terminaron los cuadros,
Calamardo volvió a aparecer, viendo al espectador, la toma enfocada en su
rostro por 3 segundos. La toma se abrió, y una voz dijo "HAZLO",
mientras Calamardo sostenía una escopeta.
Inmediatamente pone el arma en su boca y jala el gatillo. El
muro tras él acaba salpicado por sangre y materia gris realista, y Calamardo
sale despedido hacia atrás con fuerzaa.
Los últimos cinco segundos muestran su cuerpo sobre la cama,
de costado, y un ojo cuelga de lo que queda de su cabeza, viendo fijamente el
suelo.
El episodio acaba. El señor Hillenburg está furioso, y
demanda saber qué demonios está pasando. Muchos dejaron el cuarto en este
momento, así que solo unos cuantos de nosotros lo vimos de nuevo. Ver el
episodio de nuevo solo sirvió para que se grabara en mi mente y me produciera
muchas pesadillas. Siento mucho haberme quedado.
La única teoría que tenemos es que el archivo fue editado
por alguien en la cadena desde el estudio de dibujo. Llamaron al CTO para que
analizara qué había pasado. El análisis del archivo muestra que le grabaron
material nuevo; y por más que intentamos averiguar qué había ocurrido, no
logramos encontrar nada.
Hubo una investigación respecto a las fotos, pero no
obtuvimos información de ellas. No se identificó a ningún niño, y no
encontramos pistas de la información o pistas físicas en las fotos.
No creía en fenómenos inexplicables antes de esto, pero ahora
sé que cuando algo pasa y no puedo probar qué lo ocasionó, lo pienso dos veces.
23 abr 2014
"La silla de la muerte."
En 1702, un asesino convicto llamado Thomas Busby estaba a
punto de ser ahorcado por sus crímenes, su último deseo fue tener su última
comida servida en su sitio favorito en Thirsk, Inglaterra; terminó de comer, se
levantó y dijo: "Que la muerte súbita llegue a todo aquel que se atreva a
sentarse en esta silla."
Durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos de una base
cercana que frecuentaban ese pub donde estuvo Busby y que se sentaron en la
silla, nunca volvieron de la guerra; en 1967, dos pilotos de la Fuerza Aérea
Real sentados en la silla, se estrellaron en su camioneta justo después de que
se fueron del lugar; en 1970, un albañil probó su suerte en el banquillo, sólo
para morir esa misma tarde al caer en un agujero en su lugar de trabajo; un año
después de eso, un carpintero que estaba sentado en ella murió después de que
el techo en el que estaba trabajando colapsara.
Una señora de la limpieza del pub tropezó cayendo en la
silla y murió poco después de un tumor cerebral; incluso cuando el dueño del
bar ocultó la silla en el sótano, en un trasteo un ayudante se sentó allí y
murió atropellado esa tarde.
Finalmente, el dueño del pub donó la silla para el museo
local en 1972 y allí muestra la silla colgada cinco metros en el aire de manera
que nadie pueda sentarse en ella.
"Annabellle , la muñeca poseída."
En 1970, una mujer de compras en una tienda de segunda mano
compró una muñeca para su hija, que estaba en la universidad, a su hija le
gustó y la puso en su apartamento, pero pronto ella y su roomate empezaron a
sufrir las consecuencias.
Se movía de un lado al otro sin que nadie la tocara,
aparecía por que sí en otras partes de la casa, encontraron pequeños trozos de
papel de pergamino, escritos con cursiva de niño chiquito y un día encontraron
la muñeca de pie sobre sus piernas de trapo cuando esto es físicamente
imposible
La mujer consultó a un medium por estos sucesos y les dijo
que la muñeca estaba poseída por una mujer llamada Annabelle que era
"amante" de las muchachas de Universidad; sin embargo esta cita lo
que hizo fue alborotar el espíritu y un hombre incluso dice haber sido atacado
por la muñeca quién le dejo una herida en el pecho.
Luego se contactó al dúo de parapsicólogos Ed y Lorraine
Warren, quienes descubrieron que la muñeca no estaba poseída por el espíritu de
una niña sino por un demonio que había mentido sobre su identidad con el fin de
acercarse a ella y su compañera, con la intención de poseer a una o ambas;
finalmente las mujeres dieron "Annabelle" a la pareja de psíquicos
que la encerraron en una urna de cristal en su Museo de Ocultismo de
Connecticut con una nota que dice: "Advertencia : No abra".
"El Espejo de Myrtles Plantation "
Myrtles Plantation es una de las casas más embrujadas de los Estados Unidos y del mundo; queda en una plantación que se remonta a 1796 y fue construida sobre un cementerio indígena; se dice que por lo menos diez asesinatos y sucesos paranormales ocurrían casi diariamente.
Pero de lo que más se habla, es de un espejo que llegó a la
casa en 1980; los huéspedes de la finca han informado de figuras que salen de
el espejo, así como las huellas de las manos de tamaño infantil impresas a
veces en el cristal; la leyenda cuenta que el espejo contiene el espíritu de
Sara Woodruff y sus hijos; ellos fueron envenenados y aunque la costumbre dicta
que los espejos deben ser cubiertos después de la muerte para evitar que los
espíritus queden atrapados, este espejo no estuvo cubierto, por lo que la
creencia es que las almas siguen "viviendo" allí.
22 abr 2014
La casa del espanto
En la carrera 4 # 6-65 de Villa del Rosario, Norte de
Santander, a unos 500 metros del templo histórico donde en 1821 se creó la Gran
Colombia, una familia convive desde hace más de 75 años con una manifestación
del más allá…una sombra de aspecto masculino, al parecer del herrero don Eliseo
Rodríguez fallecido en 1933 a sus 70 años, espanto que doña Rosa Isabel Dávila
Ardila describe como una aparición con vestuario y sombrero oscuro, situación
que pese a los años aún le hace erizar la piel y causa escalofríos a Rosa
Isabel, sobre todo cuando sin haber nadie en la casa la llaman por su nombre;
aparición que sale de una habitación y
pasea por toda la casa hasta el amplio patio junto a un mango y otros árboles
en uno de los cuales se registró la foto que ilustra esta publicación donde
mirando cuidadosamente se bosquejan imágenes de rostros, garras, personas,
muertos y seres fantasmales.
La vieja casona construida en 1900, como lo señala una placa
allí fijada, con gruesas paredes de barro pisado y techo de teja española, con
un amplio patio y solar, visiblemente deteriorados, ha sido escenario de
situaciones poco atractivas para los visitantes, quienes sienten aversión y así
se lo han expresado a doña Rosa Isabel entre otros una vecina que percibió un
extraño y frío ambiente, se llenó de nervios, y jamás volvió por la casa del
espanto.
Nelson Humberto Dávila Rodríguez, hijo de Rosa Isabel, considera
rutinaria la presencia del Ente, expresando “Lo vemos pero para nosotros es
normal, al principio cuando niños si nos daba miedo, uno veía el bulto, cuando
pequeños jugábamos, nos tocaba la cabeza o veíamos mover las cosas. Ahora de
adultos no juega con nosotros, solo vemos la sombra que pasa por la casa. Mis
sobrinos pequeños, si lo ven y juegan él. Un primo dejó un vaso de agua una
noche, y al otro día estaba vació” Ante los constantes ruidos que hace el
espanto en puertas y ventanas, los humanos habitantes hasta le invitan a pasar
al comedor, para que deje de molestarlos, como en efecto ocurre.
Almas en pena
El silente espectro merodeaba taciturno por el campo santo.
Tenía hambre y así pareciera un caníbal necesita alimentarse...
No podía comerse a los vivos, estos estaban fuera de su
alcance.
Pero los espíritus recientes de gente fallecida, niños,
ancianos, y mujeres.
Era el alimento de los espectros andantes, por eso cada
noche merodeaba
el cementerio aquella alma en pena, que no encontraba el
descanso.
Ese día en una lùgubre fosa común había varios cadáveres.
niños, hombres, personas sin familia, muertos en la
indigencia, en plena calle.
El aura de aquel espectro se sintió atraído por aquella
energía que emanaba
de aquella sepultura, necesitaba alimentarse de aquella
energía reminiscente.
Cada día hacia lo mismo se alimentaba de la energía de
cadáveres recién fallecidos.
Se daba su festín y luego vagaba, lamentàndose de su
destino.
Su agonía era indescriptible, pero solo era oída por el
resto de los espectros
que por allí vagaba, la energía que quitaba aquellos
cuerpos.
Los convertía en los siguientes espectros que vagarían por
la eternidad.
En la lontananza de aquel campo santo y entre tanto lamento
no todos
los espectros eran iguales algunos, no se alimentaban de la
energía de otros cuerpos.
Mas bien los miraban por encima del hombro con gran desden.
Solo los visitaban y antes de llegar a su destino se
presentaban ante ellos.
Otros en cambio les encantaba asustar a niños, y ancianos,
se impregnaban del terror.
Que producían en ellos, adoptaban los mas espeluznantes
formas, caras terroríficas
cuerpos amorfos, verdaderas deformidades, sonidos y ruidos
de ultratumba..
También aquel campo santo existían espectros buenos, los
menos, pero
también existían y daban compañía a los muertos recientes,
estos se regocijaban
de la esperanza de aquellos cadáveres del deseo de ver a sus
familiares y seres queridos.
Aquellos espectros solo podían visitar tumbas y fosas
comunes que no estaban
bendecidas, ni tenia a nadie que fueran a visitarlas, almas
pérdidas como ellos.
Esa era las leyes que imperaban en aquel campo santo la
mayoría de los muertos
encontraban su destino, en cambió otros vagaban por sus
recintos como almas en penas.
Sin encontrar nunca la paz y descanso que tanto necesitaban
El Nahual
Por cuestiones del trabajo de mi marido, mi familia y yo nos
mudamos a un pequeño pueblo que se halla en Orizaba, Veracruz. Parecía ser una
estancia agradable; sin imaginar lo que me esperaba...
Junto a mi casa se hallaba una casa sucia, de mal aspecto.
Moscas y basura rodeaba la maloliente vivienda.
¡No te acerques ahí, es peligroso! me advirtió una mujer,
vecina mía, en esa casa habita Héctor, es un nahual.
¿Qué es eso? pregunté con escepticismo.
Un nahual, es un hombre que tiene poderes maléficos para
convertirse en animales; me explicó y así hacer el mal a quien quiera.
Me retiré del lugar aún escéptica, puesto que yo no creía en
esas cosas. Sin embargo, al girar de nuevo a la casa, una oscura y amenazadora
figura me observaba a través de una de las ventanas.
Jamás imaginé que encontraría el terror encarnado en ese
hombre.
Mi esposo tuvo que salir fuera por una semana, por lo tanto
me quedaría sola con mi hija. De repente, un sentimiento de angustia invadió mi
ser, sentía que no volvería a ver de nuevo a Roberto.
Un día que llevaba a mi hija al kindergardent; al regresar
hacía mi casa, en el transcurso del camino me encontré con el desdichado
sujeto: Héctor. Su apariencia era aterradora, era un jorobado con las ropas
raídas y sucias. De su boca chueca y rugosa caía espesa baba. Sus ojos
denotaban un profundo odio. Cuando finalmente reaccioné corrí a toda pastilla,
tratar de alejarme de su inmunda presencia. No obstante, él me perseguía cojeando
pero a un así era veloz. A mis espaldas escuchaba sus jadeos, se oían demasiado
cerca de mis oídos. Finalmente llegué a la seguridad de mi hogar. En cuanto
entré, corrí todos los pestillos. Un poco fatigada por la huida, observé
detenidamente por una de las ventanas. Héctor trataba de entrar a la casa;
encaramado sobre la verja, trataba de derribarla, asomaba el rostro entre los
barrotes. No gritaba profería alaridos demenciales.
Desde entonces, mi temor hacia él crecía día a día. No
quería salir a la calle, y si salía indagaba con la mirada, vigilando cada
calle. Sentía volverme loca, más por las noches, me dejaba llevar por la
imaginación y creía ver a Héctor irrumpiendo en mi casa.
"Ya te amolaste", exclamó una vecina mujer que le
gusta, mujer que se la lleva.
Llamé a las autoridades, me dijeron que vendrían empero
nunca lo hicieron.
Una noche me armé de valor y salía a comprar algo a la
tienda. Volví a las calles envueltas en penumbras. Al intentar regresar a mi
casa, de nueva cuenta me lo encontré. Dejé caer las cosas y volví a correr.
Escuchaba sus estrepitosos jadeos cada vez más cerca de mi. De repente, sentí
una dolorosa punzada en mi pierna izquierda, no me detuve y continué corriendo
aunque cargará con ese dolor. Divisé a lo lejos la parroquia del pueblo. Al
entrar, me di cuenta que ahí Héctor no podía entrar y optó por marcharse, pero
estaba segura que él volvería.
Observé detenidamente mi pierna, un hilillo de sangre
escurría sobre mi pierna, al parecer Héctor me había arañado.
El cura acudió en mi auxilio, le expliqué sollozando con
desesperación la terrible situación que vivía, por suerte el cura no me tildo
de loca.
No te preocupes hija, me tranquilizaba mientras me limpiaba
la sangre de la pierna todos nosotros ya estamos cansados por el miedo que nos
hacia infundir ese individuo, por eso optamos por el silencio. Sin embargo, nos
reunimos unos cuantos por que tenemos un plan, pero necesitamos de tu ayuda.
Lo que sea padre, pero ayúdeme repliqué.
El plan consistía en que volviera a las gélidas y oscuras
calles, tenía que hacer que Héctor me persiguiera, pero esta vez lo llevaría
hacía un círculo de sal que hicieron los habitantes en frente de la parroquia.
En ese círculo, Héctor quedaría atrapado y lo matarían con una bala que
mandaron a bendecir.
Decidida, regresé a las calles. Llamé a gritos a Héctor con
más coraje que con miedo. Nuevamente hizo su aparición. Corrí con la esperanza
de que todo esto terminara de una vez.
No obstante, al llegar ante el círculo, Héctor lo descubrió
e intentó alejarse. Un grupo de personas lo acorralaron. Ante nuestra atónita
mirada, Héctor se transformó en un enorme asno de escaso pelambre y ojos rojos.
L a bestia se levantaba de sus patas traseras tratando de defenderse y bramaba
ensordecedoramente. La gente acometió en contra de la criatura hecha un
energúmeno. Por medio de palazos lograron derribarlo, éste cayó en medio del
círculo. Los ojos del ser se pusieron en blanco y se convulsionaba
violentamente. Finalmente sacaron el arma con la bala bendita y sin piedad le
dispararon matándolo instantáneamente. Héctor se transformó en un burdo amasijo
maloliente. Cerré los ojos y suspiré profundamente al ver que la pesadilla
había culminado.
MADDIE
Desde que la pequeña Edith encuentra a la muñeca Maddie
dentro de la habitación de Amadine Tussaud, la antigua dueña de la casa, una
extraña obsesión por la muñeca nace en ella, al mismo tiempo que comienzan a
suceder trágicos y terroríficos acontecimientos dentro de la familia. Al final,
todo resulta ser el plan profético de Amadine, quien aún después de muerta,
planea un sangriento sacrificio para poder volver a la vida.
"Me dijo cosas tan secretas,
Que tú no puedes oír,
Me confesó algunos pecados,
Que prefiero no decir..."
Mi muñeca me habló (canción)
Dicen que cuando los niños traviesos están en silencio por
mucho tiempo, es porque algo muy malo están haciendo y eso fue lo resonó en la
cabeza de Axel cuando se percató de que su hija, Edith, no se escuchaba correr
ni gritar por los pasillos vacíos y silenciosos de la casa nueva.
_ ¡Edith! ¿Qué estás haciendo? –Preguntó y en la casa sonó
un eco que se estiró entre las habitaciones
Pero ella no respondió. Axel estaba desempacando algunos
adornos de vidrio y cerámica de Maia y poniéndolos sobre el estante de roble
que le regaló su madre como obsequio de bodas, pero al no ver a Edith por
ningún lado, dejó de hacerlo y buscó con la mirada hacia las proximidades de la
casa que estaban dentro de su campo visual. Nuevamente no vio a nadie.
_ ¡Maia! –Le gritó a su esposa que estaba en el segundo piso
¿Está Edith contigo?
Ella bajó la escalera con apuro, sus talones sonaron en eco
al golpearse con los escalones.
_ ¿Edith? –Dijo No, pensé que estaba contigo. Ahora que me
lo dices, no la he escuchado desde que comenzamos a ordenar esto último. –Giró
la cabeza hacia afuera y dirigió su mirada al porche, sobre los tablones fríos
de madera, había unas hojas de otoño coladas sobre la alfombra en la puerta
principal, pero Edith no estaba allí. Hacía tres días que se habían mudado y
ese había sido el lugar que había elegido para jugar a "tomar el té"
con sus dos peluches grandes. Mi amor, ¿estás ahí?
Caminó hasta allí, pero no la vio. El frente era grande,
entre el porche y la verja había un gran cuadrado verde en el que florecían
tristemente pequeñas florecitas de color amarillo apagado, siete higueras
medianas y un enorme sauce llorón que en conjunto le daban a la casa un toque
tétrico y melancólico. En el sauce, colgaba un hamaca hecha con dos cuerdas
sucias y una madera gruesa e hinchada por la humedad, Edith se había hamacado
varias veces allí, pero en ese momento, los ojos de su madre sólo percibían un
columpio vacío y estático como un recuerdo congelado.
_ ¿No la ves, cariño? –dijo Axel desde adentro
_ No, no está aquí. ¡Edith! –Gritó de nuevo
En eso, mientras el llamado de la niña se iba perdiendo
entre las ásperas ramas de las higueras, Axel logró escuchar un tímido murmullo
que venía desde una de las habitaciones. Dio media vuelta y se dirigió hasta
allí, al verlo, Maia lo siguió.
_ ¿Edith? –Dijo viendo la habitación entreabierta ¿A caso no
te dije que no vayas a esa habitación?
_ ¡Guarda silencio, papá te va a escuchar! –exclamó ella un
segundo antes de que su padre se asomara por la puerta y se llevara una
sorpresa.
Aunque Edith los había desobedecido, ella parecía estar
bien. Estaba sentada a los pies de la cama de dos plazas sobre el piso
polvoriento y rechinante, frente a ella, había un cuadrado de terciopelo color rojo
y finalmente, sobre éste yacía sentada una vieja y macabra muñeca.
_ Niña, ¿qué estás haciendo? ¿No escuchas que te estamos
llamando? Te dijimos que no entres aquí, estas cosas son de la antigua dueña
del lugar.
Entró a la habitación junto con Maia que acababa de llegar
al lugar, era la segunda vez que lo hacían y no dudaban en tirar a la basura
todos los muebles de la señora Amadine Tussaud, quién hacía ya diez años, se
había suicidado precisamente en esa habitación por razones desconocidas.
_ Lo siento, es que estoy jugando con mi nueva amiga,
Maddie.
Los ojos de sus padres se posaron como flechas despiadadas
sobre la muñeca sentada sobre el terciopelo. En seguida, Maia se acercó para
tomar la muñeca.
_ Oh, Edith. ¿De dónde la has sacado? –preguntó levantándola,
notando lo horrible del aspecto de la muñeca.
_ La encontré en ésa caja. –dijo señalando con el dedo al
baúl abierto en el rincón de la habitación Lo abrí y estaba ella, sonriendo
alegre de haber encontrado una amiga, me ha contado muchas cosas y ahora es mi
mejor amiga.
_ ¿Contado? ¿Es parlanchina? –Preguntó su madre separando
las dos cintas de velcro que su espalda para encontrar un parlante, pero no
había nada
_ No lo creo –agregó Axel, mira lo que es. Probablemente
tiene más de cincuenta años.
La muñeca estaba muy bien cuidada, pero por la supuesta
antigüedad que mostraba su apariencia, lucía espeluznante. Tenía décadas
dibujadas en su rostro de goma dura, pintado a mano los detalles de sus ojos,
pestañas, cejas, labios y pecas. Tenía una mirada penetrante y profunda, que
junto con el peculiar gesto de su cara y su sonrisita pícara daba la sensación
de una niña curiosa y burlona que había descubierto algo y se jactaba por eso.
Su pelo, sin duda y como todas las muñecas de su supuesta época, era real, de
color castaño oscuro que le caía hasta la cintura y que podría estar reluciente
si las cortinas pesadas, de color gris no hubieran impedido la entrada de los
opacos rayos de luz del sol de otoño en la habitación. Llevaba puesto un
desgastado vestido de novia de color lino, sobrecargado con tul y armado con
seda y organza descolorida, acompañado con dos zapatitos negros que
desencajaban con todo su vestuario.
_ Mami, ¿me la puedo quedar? –Preguntó Edith
_ Ay, no lo sé. Mejor te compro una nueva mañana –le
contestó ella, desaprobando la idea de quedarse con ese horrible vejestorio
_ ¡Yo quiero a Maddie, no quiero una muñeca nueva! –exclamó
dramatizando la situación, sobresaltándose violentamente.
Maia apartó la vista de la muñeca y se fijó en su hija,
nunca había reaccionado así en sus seis años de vida.
_ Está bien, está bien. Te la puedes quedar, pero no grites
así. A mamá y papá no le gusta que nos grites. ¿De acuerdo?
Ella asintió con la cabeza y le arrebató con ligereza la
muñeca para retirarse de la habitación.
Al irse, Maia se dirigió hacia Axel, todavía pensando en el
comportamiento de Edith.
_ ¿Viste cómo me gritó? Eso no es típico en ella.
Axel se acercó hacia ella y la envolvió en sus brazos.
_ Probablemente sea el estrés por el cambio de casa. Está en
pleno crecimiento, no podemos exigirle mucho. –Le dio un beso que duró un par
de segundos Y ahora que estamos hablando del tema, yo también me siento muy
estresado y con ganas de...
_ Axel, ahora no. –Interrumpió, apartándose de él, camino
unos cuantos pasos por el dormitorio y le habló sin mirarlo Ya ha pasado más de
un año y sigues sin comprenderme. Entiende que no es fácil para mí.
Se fue hacia las ventanas y corrió levemente las dos
cortinas para dejar pasar un poco de luz, quería evitar a toda costa tener otra
discusión relacionada con su frigidez.
_ ¿No es fácil para ti? –le dijo en un grito bajo Eso fue lo
más egoísta que has dicho en los últimos años, ¿qué se supone que haga yo, que
me masturbe hasta la vejez esperando en vano que mi mujer recobre su libido
sexual? De verdad que me impresionas.
_ ¡Yo no pedí esto! –exclamó y se escuchó desde afuera, pero
Edith estaba muy ocupada hablándole en el oído a Maddie y poniendo su oreja en
la boca de la muñeca
_ ¡Yo tampoco! Y espero que lo consideres. Piensa un segundo
en mí y verás que tengo razón. exclamó él
Sin palabras, decidieron terminar con la discusión en ese
instante. Ambos sabían que Edith había escuchado los gritos, tal y como lo
había hecho los últimos meses, pero por lo menos se consolaban con su inocencia
que no la dejaba comprender nada de lo que decían.
Como si nada, siguieron examinando la habitación de Amadine,
una antigua residente del pueblo, según los agentes de bienes raíces, una
solterona antisocial que no salía de su casa si no era necesario y fiel
seguidora de una religión africana de la cual no se tenían datos. Con esa
información, pudieron comprender por qué en los roperos se escondían grandes
cajas de velones de colores blancos, negros y rojos, junto con frasquitos con
colonias, esencias y otros tipos de sustancias caseras que al destaparlos,
despedían un olor asqueroso. También, entre la colección de posesiones de la
señora Tussaud, había inciensos, sahumerios y materiales extraños que
posiblemente usaba para ofrendas o trabajos especiales.
A la tarde, todo eso fue tirado a la basura, incluido los
muebles. Ninguno de los dos era supersticioso ni nada por el estilo, pero
pensaban que era correcto apartar todas aquellas cosas relacionadas con la
extraña Amadine y sus prácticas diabólicas, pero nunca pensaron la furia que
desataría ello.
Cuando las acciones del hombre son manejados por el deseo de
la carne, la mente muere. Era justo lo que le había sucedido a Axel, que
aprovechando el turno nocturno de Edith en el hospital, llevó una amiga a su
habitación.
Edith dormía tranquilamente abrazada a Maddie. Luego, durmió
sola.
Axel pasó de la mano de su amiga, Deborah, una rubia
voluptuosa que había visto en internet y prometía dar un intenso momento de
placer si de por medio había un moderado monto de dinero. Atravesaron el living
rápidamente por si por esas ruines casualidades Edith se despertaba y los veía,
pero no, estaba sumergida en un sueño profundo, sola hasta hace unos segundos.
Subieron las escaleras, los pies golpeándose sigilosamente
en los escalones parecían el galope de un caballo. Al atravesar el pasillo
corto, ingresaron a la habitación.
Axel, la tomó de la cintura y le besó el cuello, luego sus
manos enfurecidas apretaron sus senos y luego sus nalgas. La desvistió
rápidamente mientras ella le bajaba el cierre de su jean y sacaba su pene
erecto. Una acción llevó a la otra y cuando quiso acordar, Axel estaba sobre
Deborah, penetrándola con fuerza, vigor e ira en el piso de la habitación. Los
gemidos aminorados se retumbaban en las paredes pero no las atravesaban.
Después, todo terminó. Y volvió a empezar, una vez más.
Creyeron que la puerta estaba cerrada, pero en realidad
estaba entreabierta y a través de la fina pero agraciada rendija se proyectaba
la visión fantasmal de un ojo de plástico tan curioso, como diabólico.
Maia volvió a las tres de la mañana, antes de hacer nada,
fue hacia la habitación de su hija para verificar que se encontraba bien. La
vio plácidamente dormida, su rostro perfecto otorgaba ternura a quien lo veía.
Fue hasta ella y le dio un beso en la mejilla, la arropó y acomodó a Maddie,
quien descansaba sobre su brazo pero mantenía su cara pícara.
Subió las escaleras y vio a Axel dormido en la cama, por un
momento, pareció darle la misma ternura que Edith y por primera vez pensó en lo
difícil que era su lugar como esposo, padre y hombre de la familia; "si
hubiese sido otro hombre, seguramente ya me habría votado o se buscaría a una
amante para que le dé el placer que no le puedo dar", pensó valorándolo y
poniéndolo en el pedestal de "El hombre perfecto".
_ Ya todo mejorará, amor. Estoy dispuesta a buscar ayuda
médica.
El sol se comenzó a asomar por el horizonte medio campestre
cerca de las seis y media de la mañana, corría un viento fuerte, atónito y
tormentoso. Maia decidió dejar en la cama a Edith, se podría enfermar si la
llevaba a la escuela con una helada como la que cruzaba sobre ellos.
Tres horas más tarde, todos desayunaban cereales y tostadas
con mermelada en la mesa del comedor.
Edith había protestado para que Maddie se siente a su lado y
como su madre no soportaba sus tenaces insistencias, terminó cediendo a la
voluntad de su hija; aunque le recordó que no es de buena educación poner
muñecos en la mesa.
_ ¡Maddie no es un muñeco, es mi amiga! –le gritó
_ ¡Hey! Ya basta, niña. Tu madre ya te ha dicho que no le
gusta que le grites de ese modo. –Dijo Axel tragando los cereales mojados en
leche
Edith se puso de pie, tomó con determinación su tazón de
leche y se lo lanzó con fuerza a su padre. El plástico rebotó en su frente y lo
empapó de leche.
_ ¡Y a mí no me gusta que hablen así de Maddie! ¿Entendiste?
¡Maldito infiel!
Todo el mundo parecía haber entrado en alguna especie de
shock al ver la reacción de Edith. Sus padres habían quedado mudos, no
entendían de dónde su hija había sacado tanta agresividad y cómo había
aprendido las palabrotas que acababa de decir.
_ Ed... Edith... dijo Maia soltando la caja de cereales al
piso ¿Cómo te atreviste? Te desconozco...
En el momento que Maia iba a emitir la siguiente pregunta,
Axel se levantó poseído por una ira indescriptible, necesitaba poner en su
lugar a su hija que de un día para el otro, actuaba con rebeldía, gritos,
insultos y agresiones. Le tomó fuerte del brazo y alzó la otra mano para
pegarle una palmada.
_ Si me pegas, contaré tu secreto, hijo de puta. –espetó la
niña con una sonrisa vil
La soltó en seguida y junto con su esposa, le dirigieron una
mirada fruncida y confundida.
_ ¿De qué hablas, Edith? –Preguntó Maia
La niña tomó a Maddie en la falda y sonrió hacia su padre.
_ ¿Hay algo que quieras confesarle a tu esposa, Axel?
Silencio. Caminó hacia el lavabo, se lavó la cara y se sacó
la remera mojada de leche. Intentaba disimular el hecho, pero apenas podía.
_ ¿De qué están hablando? –insistió Maia sintiendo en su
pecho el fuerte latido de su corazón ¿Quién te enseño esas malas palabras? ¡Por
Dios! ¡¿Qué es lo que les está pasando?!
_ A mi nada, mami. Pregúntale a tu esposo sobre Deborah y te
lo dirá. Bueno... pensándolo bien y según lo que me dijo Maddie hoy a la
mañana, la idea de él era ocultártelo, entonces te lo diré. Papá trajo una
mujer a la casa, más bien una puta, ya sabes, de esas que cobran por sexo. Su
nombre era Deborah, la llevo a tu habitación y la cogió dos veces en el piso.
La muy puta gemía como los demonios.
Maia quedó sin respiración, su hija se había convertido en
una completa desconocida para ella.
_ ¡Por Dios, Edith! ¡¿Qué estás diciendo?! ¿Qué te está
pasando hoy? –Interrogó Axel desesperado acercándose a ella y tomándole con
ambas manos su carita
_ No te hagas el disimulado le recalcó la niña, estoy
diciendo la verdad. Mamá, por si no nos crees, Maddie sacó algunas fotografías
con la cámara, la que está arriba de la heladera.
Hubo un momento. Luego otro. Los pensamientos gritaban
enfurecidos dentro de una llamarada de desconcierto y desesperación en las
cabezas de sus padres. Axel estaba envuelto en un fuego interior que lo hacía
sudar como burro y sentía como si su corazón quisiera salir de pecho y
detenerse destrozado en el piso.
Maia, confundida, aturdida e indecisa, comenzó a caminar
hacia la heladera, del otro lado de la cocina y tomó la cámara digital de la
familia. Axel las miraba a ambas, creyendo y queriendo que todo fuera una
pesadilla.
La mujer encendió la cámara y desde el comedor se escuchó un
grito despavorido y el impacto de sus rodillas en las maderas del piso.
Ambos corrieron hacia allí, Axel la abrazó y tomó la cámara.
Ahora, su corazón se había convertido en un trozo de hielo blando y enfermo que
estaba por detenerse. Se le formó un nudo en la garganta seguido de tres
arcadas que lo hicieron tambalearse y caerse de rodillas junto a su esposa que
justo se levantaba. Otra vez, el deseo y los pensamientos oscuros predominaron
sobre la mente y la razón. Podría haber jurado que todos los cuchillos estaban
en la otra mesada, pero por alguna razón, uno de ellos había aparecido cerca de
la mano nerviosa y huesuda de la mujer desesperada. Un tajo. Una mejilla
cortada. La madera reluciente manchada de sangre. Un grito, luego dos. Luego
tres. Ira. Miedo.
Un arduo trajinar le esperó en el hospital. Catorce puntos
de sutura desde la unión izquierda de los labios hasta el lado opuesto del
lagrimal. No se presentaron cargos, por supuesto que no.
"¿Cómo es posible que una niña de cinco años pueda
llegar a tal altura para tomar la cámara de fotos?" se preguntaba Maia
mientras le acariciaba el cabello a su hija. Esa noche, se acostaron las tres
juntas, pero una sola dormía, otra lloraba y la otra se regocijaba detrás de un
rostro inmóvil.
La comunicación matrimonial fue recobrada a la semana y
media, pero no eran tan agradables como antes. Cualquier tipo de discusión
anterior al día del suceso les había parecido una estupidez, emitían frases
cortas y sin sentimientos, principalmente ella, quien ya no le miraba a los
ojos. Axel sin embargo, sentía un profundo arrepentimiento, tan intenso que se
asemejaba al sentimiento de estarse pudriendo lentamente desde el interior.
La única tranquilidad que tenían, era que la insólita
rebeldía de Edith había desaparecido. Había sido dos días muy extraños, en los
que Edith había mostrado su lado más oscuro, había insultado, agredido y
hablado con un vocabulario tan sucio como un chiquero de chanchos, pero por
suerte, todo había vuelto a la normalidad, o casi todo.
A parte la escasa comunicación, el cambio de dormitorio de
Maia hacia el cuarto de su hija y la espantosa cicatriz en el rostro de Axel,
había algo más que marcaba el sorpresivo cambio de estilo de vida de la familia
y era la profunda y casi enfermiza obsesión de Edith por la muñeca de Amadine
Tussaud, iba con ella hasta a la escuela y al llegar pasaba todo el día en su
cuarto, en el porche o en la hamaca del sauce llorón hablándole como si fuera
una persona viva con oídos de carne.
La tarde del día era tan dormida y melancólica como la
estación otoñal. Maia estaba sentada en uno de los sofás nuevos leyendo un
aburrido libro de inteligencia emocional, Axel estaba dando clases en la
escuela, en un par de horas llegaría a casa. En eso, Maia escuchó unos pasitos
ligeros, caminar por el pasillo cercano, se sobresaltó banalmente al ver que
era su hija acercándose a ella. Creyó que probablemente se aburrió de dibujar
con crayolas en su habitación, "...o de hablarle a una muñeca de
goma.", se dijo.
_ Mami –dijo ella recostándose en su regazo, no quiero que
duermas más conmigo.
A ella le sorprendió la frase de su pequeña.
_ ¿Por qué, amor? –Le dijo Recuerda que mamá está enojada
con tu papá por lo que has descubierto sobre él ¿Lo recuerdas, amor? Nunca
hemos conversado sobre eso.
Ella bajó la cabeza para que su mamá le acaricie sus rizos
cortos y cerrados. Después, la movió de un lado a otro para negar que existiera
recuerdo alguno en su mente.
Su madre no lo entendió en absoluto. ¿De verdad no lo
recordaba o estaba evadiendo el tema? Justamente, en el libro que tenía en su
mano hacía unos minutos había leído un párrafo que afirmaba que ciertas veces
la mente era selectiva y para el bien de la persona, a veces suprimía aquellos
recuerdos traumáticos para que no nazcan secuelas de ellos, quizás eso era lo
que le ocurría a Edith, pero sólo era una de las tantas suposiciones que Maia
tenía pendientes por resolver pero que no quería adentrarse, quizás por miedo a
enloquecer.
_ Está bien, hija. Entonces no hablaremos –le contestó
pronunciando con sus dedos los rulos negros de la pequeña. Si te molesto en tu
dormitorio entonces no tendré remedio que irme al que está vacío.
_ ¿Al de Amadine Tussaud? –Preguntó, nuevamente
sorprendiendo a su madre
_ Sí, contestó ella. –Suponiendo que Edith había escuchado
dicho nombre salir de la boca de su padre
Diez minutos después, el trapeador empapaba los pisos
empolvados de la habitación vacía. Tendría que esperar a Axel para que la ayude
a mover la cama de una plaza que tenía dejada en el fondo, aunque últimamente
odiaba la idea de pedirle ayuda o favores.
A la noche, mientras la cena se preparaba casi sola, el
dormitorio de Amadine, había cobrado vida. El piso estaba tan reluciente como
si estuviera nuevo, aunque era necesario cambiar el empapelado de las paredes
que le daba un aspecto antiguo y percudido al estar descascarado sobre la
madera.
El sol cayó rápido y pesado como una gigantesca bola de
metal, la luna se mostró llena y dorada.
Comieron sin formular una sola palabra, escuchando una
inquietante melodía que Edith cantaba con la boca cerrada. De repente, habló:
_ Mami, perdóname por echarte de mi habitación. Maddie y yo
necesitamos estar solas. Ella también se disculpa por haberte mandado a la
habitación de la señora Tussaud.
Sus padres la miraron pero no prorrumpieron una sola
palabra. Estaban impresionados con la habilidad de su hija en disociar sus
pensamientos y repartirlos entre ella y aquél ídolo que parecía haberla
hipnotizado desde el momento en que la encontró. Aun así, no dijeron nada; toda
oración ficticia de Edith que hacía revivir teatralmente a Maddie, los hacía
acordar al momento en que su forma de vida cambió de improvisto. Todavía
ninguno pensaba cómo superaría esa dura etapa, ni siquiera lograban resolver
cómo mantenerla.
_ La cena está deliciosa, cariño. –Dijo Axel sonriéndole a
Maia
Edith los observó callada, esperando algún tipo de reacción,
y la encontró. Maia apartó la vista de sus espaguetis para apuntarla a su
esposo, a quien le proyectó una expresión nula. Luego, no pudo contener una
carcajada cargada de rabia y para no seguir con el tema, se levantó de la mesa
y se fue a su cuarto con prisa. Desde el comedor se escuchó el portazo.
_ Disculpa a mamá, pequeña. –Le dijo a Edith pronto me podrá
perdonar. Todo el a mundo comete errores, ¿sabes? Y a veces con ellos lastimas
a la gente que amas. Eres muy pequeña para entenderlo... pero a alguien se lo
debo decir.
Sus ojos azules se cristalizaron en lágrimas y uno de ellos
soltó una que se resbaló por su mejilla.
Tres de la mañana. La casa se volvió muda. Toda la familia
descansaba en el mundo onírico, cada uno en su habitación. En eso, Edith, que
siempre dormía acompañada, nuevamente quedó sola.
Una niña de plástico corría libremente por la caza oscura,
cuyos únicos rayos que la iluminaban de forma vaga, eran los de la luna
imponente pero aun así, débil e impotente.
Algo logró interrumpir el descanso de Maia, era un llamado,
una voz:
_ Maddie es Amadine... Maddie es Amadine... Maddie es
Amadine... ¡Maddie es Amadine! –Sonó fuerte dentro de su cabeza y le causó un
sobresalto que la hizo despertarse cubierta en sudor frío
Se sentó en su cama de golpe, como si hubiese sido revivida
con un desfibrilador. Sentía el corazón latir rápidamente, como el de una rata.
Entre la luminosidad opaca de la luna, pudo distinguir
fácilmente que la puerta de su habitación estaba abierta. Frunció el ceño y
luego su corazón estalló de miedo. Iba a gritar, pero su lengua pareció
devolverle el grito a su interior. La muñeca, Maddie, estaba allí, parada a los
pies de la cama, congelada pero persistente, como la misma luna.
"Esto debe ser una broma de Edith", quiso suponer
cuando notó que una mano de la muñeca estaba levantada y su dedo índice
señalaba precisamente hacia la pared.
Como un acto reflejo o por la misma situación de
subordinación que le imponía el miedo en ese momento, giró su cabeza hacia
donde le señalaba el dedo y descubrió que justo en ése lugar, había una
abertura en el empapelado color verde oliva. Frunció el ceño nuevamente, tomó valor
y se puso pie. Por algún motivo, su postura ante aquel insólito hecho era
firme, quizás era porque nunca le había tenido miedo a este tipo de cosas o tal
vez porque una parte de ella, seguía creyendo que estaba dentro del sueño.
Respiró hondo y metió la mano en aquel tajo que casi pasa desapercibido para su
adormecida visión. Al meter la mano, se percató que en aquel espacio, el papel
no estaba pegado y probablemente lo habían hecho a propósito. Finalmente, no
fue muy difícil retirar lo que había allí.
El color denotaba el paso de los años, en un tiempo fue un
sobre blanco e impecable. Olvidándose de que la muñeca estaba detrás de ella,
rompió el sello que lo bloqueaba, una fina lámina adhesiva con la palabra
"Tussaud". Sacó la hoja dura que estaba doblada en cuatro y la leyó:
"Malaventurado aquél que lea éste mensaje escrito en el
pasado, leído en el presente y ocurrido gran parte en el futuro.
Los grandes espíritus del Santa África me han prometido una
reencarnación. Y yo, fiel cordero, accedí a cambio de tres sacrificios.
Según sus predicciones, todos los hechos ocurrirán, siempre
y cuando les obedezca en todo, poniendo mi sabiduría por debajo de su poder,
tanto es así, que ni siquiera sé por qué ni a quién le escribo estas palabras,
pero así me lo han mandado.
Ya tengo todo lo necesario para el ritual, he seguido sus
pasos al pie de la letra y se que aún después de muerta tendré que terminar con
la vida de tres almas mas.
Mi cuerpo, será entregado bajo mi absoluta voluntad, pero
todos lo entenderán como un suicidio. Los otros dos serán entregados en el
futuro, justo antes de reencarnar en carne y sangre en el cuerpo de una de mis
víctimas. Hasta ese entonces, no seré Amadine, sino Maddie, la niña de
plástico."
Maddie... Maddie... Maddie... El nombre retumbó en su cabeza
e hizo temblarle las rodillas. Nuevamente se acordó de quién estaba atrás suyo
y dio vuelta con violencia. Al descubrir que el espacio que ocupaba Maddie,
ahora estaba vacío pegó un gritó chirriante que hizo resonar el vidrio flojo de
la ventana.
_ Ésa cosa se ha ido. Oh, no... ¡Edith! –gritó
Corrió envuelta por un espanto atónito hacia la cocina y
tomó el cuchillo que por casualidad creía ella, estaba sobre la encimera más
cercana, cuando en realidad la niña de plástico lo había puesto allí.
Los ruidos de aquella casa con los pisos de madera, los
gritos a altas horas de la noche y las pesadillas inoportunas hicieron que Axel
se despierte también con una sacudida alborotada.
Maddie es Amadine... Maddie es Amadine... Maddie es
Amadine... sonaba en su cabeza. De pronto, sintió que abajo corrían unos pasos
apresurados y descalzos. En seguida salió de la cama para ver lo que estaba
pasando.
_ ¿Dónde estás? –dijo Maia ingresando a la habitación con el
cuchillo en la mano ¡No voy a dejar que dañes a mi hija! –gritó
Un brazo fuerte le apretó la muñeca y le quitó el cuchillo,
ella volvió a gritar, pero Edith no se despertó.
_ ¿Qué mierda estás haciendo? –Exclamó en voz baja Axel,
tirando el cuchillo lejos del lugar
Ella no supo qué contestar, ni tampoco quería.
_ Yo... no es lo que parece. –Dijo
Axel soltó una carcajada nerviosa.
_ Imagínate cómo hubieses reaccionado tú si hubiera dicho
eso cuando viste las fotos. –Se acercó más a ella y la penetró con sus ojos
furiosos Escúchame bien, si le haces algo a Edith, los vas a lamentar de
verdad. –Percibió en el rostro de la mujer una increíble cantidad de miedo y se
retiró con la seguridad de que nada más sucedería
Cuando se dice que las cosas no pueden estar peor, se
vuelven peores. Escuchó a Axel subir las escaleras, mientras ella se dirigía a
su cuarto. Vio el tajo agrandado en el empapelado de la pared y metió la mano
dentro, pero no había carta alguna.
_ ¿Dónde la he metido? –Dijo en voz alta buscando por todos
los lugares
Se fijó en los rincones, debajo de la cama y hasta en la
encimera de la cocina, pero la carta no estaba. Volvió a su cuarto.
_ ¿Estoy quedando loca? ¿Todo ha sido un sueño? ¿Me lo he
imaginado?
La noche transcurrió como si no hubiese pasado nada.
El sábado nació soleado y precioso, parecía un día
primaveral. Maia creía que lo que había pasado ayer era una especie de
sonambulismo mezclado entre el sueño y la vigilia, lo más raro de todo era que
nunca le había pasado algo así, nunca podría determinar cuándo había comenzado
y cuándo dio fin.
La oreja pequeña de Edith estaba pegada en la boca de
Maddie.
_ ¿Quieres ir a la hamaca? –Le preguntó la niña Está bien,
vamos.
Corrió alegre con saltitos infantiles hacia allá.
Aunque Maia se había obligado a convencerse que lo que había
pasado, era una mala jugada de su conciencia, ordenando la cama, ojeaba
sigilosamente por los rincones por si encontraba la carta fantasma, pero no la
halló por ninguna parte.
Axel se estaba haciendo un emparedado para llevar al
trabajo, a pesar de que era sábado tenía un horario muy apretado durante la
tarde. Mientras untaba mayonesa sobre el fiambre, su atención de desvió cuando
encontró justo cerca de sus pies un sobre amarillento sin bloquear. En seguida,
lo levantó. Extrañado por haber encontrado algo tan inusual en la cocina de su
casa, lo abrió y retiró de su interior el papel grueso doblado en cuatro que al
abrirlo supo que se trataba de una carta, escrita en manuscrita con una especie
de delineador de ojos de color rojo. Allí mismo, lo comenzó a leer:
"Amor mío. No te imaginas cómo me gusta escribirte por
este medio, este tipo de códigos, el sobre, la carta y el delineador rojo me
causan tanto morbo que me éxito en escribirte.
Te quiero decir que todo ha salido a la perfección. El
idiota de Axel todavía no se pregunta cómo es que una estúpida niñita de cinco
años pudo haber tomado tales fotos. La verdad es que me has sorprendido con tus
enfoques, por fin lo hemos capturado con las manos en la masa. Él ni siquiera
se imagina que tú existes y encima se cree culpable de nuestra situación. Ahora
que lo pienso, soy muy buena actriz llorando o quizás son mis increíbles ganas
de mandarlo a la mierda que me hace desempeñarme como una actriz eximia.
Todo marcha a la perfección.
Sólo nos queda esperar que crea que estoy loca y que quiero
matar a nuestra estúpida hija para que ambos se larguen de aquí y así nosotros
podamos vivir tranquilos en nuestra casa nueva.
Pronto te traeré nuevas noticias.
Te amo, Maia."
El descubrimiento hizo sumergir a Axel en un océano infinito
de ira y dolor. Caminó casi corriendo hacia la habitación donde ella estaba, al
mismo tiempo que Edith quedaba sola en la hamaca, sin Maddie.
Axel se asomó con precisión en la puerta, vio que su esposa
buscaba algo casi sin descanso mientras daba una barrida descuidada en el
cuarto.
_ ¿Buscas esto? –Preguntó levantando el brazo con el sobre
en la mano
Ella vio el sobre y sintió un ligero palpitar, no sabía si
sentirse feliz por el hecho de que no estaba enloqueciendo, o mal por haber
descubierto que se habían mudado a la casa indicada.
_ Sí –contestó con firmeza, eso es lo que busco. Supongo que
ya lo has leído.
A Axel le sorprendió la naturalidad y la falta de vergüenza
de su mujer, hasta le era difícil diferenciar a esa desconocida con la que
había conocido y había jurado amor eterno.
_ Supones bien –le contestó. ¿Hasta cuándo pensabas
ocultármelo? –dijo expresando rabia en su rostro
Ella no respondió, aunque era una situación extraña que se
debía conversar seriamente, no era un tema con el que podría entablar una
conversación con un esposo infiel. Su orgullo pesaba aún más que todo eso. Sin
embargo, una parte de ella estaba comenzando a insistir en dejar todo atrás,
por lo menos de forma temporal y comenzar a preocuparse por lo que de verdad
importaba: los sucesos paranormales que habían sucedido en la casa desde la
llegada y las horrorosas apariciones de la muñeca de Amadine; podría odiarse
después, pero primero estaba el bienestar de su hija y eso era algo que le
incumbía a los dos, más allá del error y la falta de respeto de Axel hacia la
familia. Le tardó considerarlo medio segundo y entonces, se dispuso a hablar.
_ Está bien. Disculpa por no habértelo dicho...
_ ¿¡Disculpa!? –Interrumpió enloquecido ¿Cómo quieres que te
disculpe por una cosa de ésta? Admito que yo me he equivocado en traer una
mujer a la casa, pero no se compara con lo que planeas hacer tú. No puedo creer
cómo nos has traicionado –sus ojos despidieron dos líneas de lágrimas que
cayeron por sus mejillas, una de ellas, se metió dentro del surco rojizo de su
cicatriz y se quedó estancada, sin posibilidades de hacer nada y todo por un
hombre.
_ ¿Qué... qué estás diciendo? –Dijo ella tartamudeando,
viendo que Axel se ponía de cabeza gacha para iniciar un lastimado sollozo
Con un signo de interrogación dibujado en su rostro, dio dos
pasos ágiles hacia delante y le arrebató el sobre de la mano, lo abrió notando
que el sello con el apellido "Tussaud" escrito ya no estaba, lo sacó
y leyó aquel extraño mensaje escrito con el delineador que hacía dos días había
perdido.
Su pecho dio un vuelco tan inmenso que le fundió en una
sacudida interna. La letra era casi igual a la suya, pero ella no había escrito
eso.
_ ¡¿Qué es esto?! Yo no hice esto. –Axel levantó la mirada
como un tigre asesino No, amor debes creerme, nos están tendiendo una trampa.
¡Maddie...! La muñeca de Edith en realidad es Amadine que quiere matarnos para
completar su sacrificio –se acercó nuevamente hacia él y lo tomó de las
mejillas, ¡Por favor, créeme!
Él puso la mano en su pecho y la apartó con fuerza.
_ ¡No seas ridícula y admite que también eres una adúltera!
Fue despedida hacia atrás, pero no con tanta fuerza como
para que se produzca el trágico momento que estaban por sufrir.
Apoyó la punta del pie derecho y luego su talón para evitar
caer al piso. Luego, necesitó apoyar el otro, pero éste no llegó al piso. Su
pie se torció de repente al pisar una superficie redonda, parecido a un balón.
Su tobillo se rompió con un crujido.
El cuerpo de la pobre mujer cayó duro y congelado como un
ángulo de noventa grados volviéndose llano. Su cabeza se golpeó con el borde de
la cómoda donde guardaba la ropa y un tajo sangriento se dibujó en su sien.
Cayó sin vida y a sus pies, estaba inanimado el objeto que había pisado, no era
un balón, sino una cabeza: la cabeza de la niña de plástico.
Las orbitas oculares de aquel hombre nunca habían sido tan
grandes. No podía creer que un simple empujón hubiese podido desencadenar tal
tragedia. Sus manos estaban embarradas de un acto homicida.
_ No... ¿qué acabo de hacer? –Dijo tomándose con fuerza y
locura los cabellos de su cabeza
Una vena nerviosa saltó perpendicular a su frente y se
levantó sobre su piel traspirada y brillante.
_ Maia... espetó sollozando un llanto de vidrio No, no, no,
no... agregó en un desespero agitado Yo no lo hice... yo no la maté, ella se
tropezó... Sí... se tropezó con el muñeco y se golpeó la cabeza.
Lo que decía era cierto, pero ninguna clase de autoridad se
lo creería. Hacía poco más de una semana había sido marcado de por vida en su
rostro por un cuchillo que Maia había manipulado y no presentó cargos.
"¿Por qué no lo hizo?..." pensaría la policía "... ¿será que
quería hacer justicia con sus propias manos?"
Se veía sin salida, incapaz de poder actuar o moverse. Quedó
mirando espantado el cuerpo muerto de su mujer a los pies de la cómoda, con su
cabeza ensangrentada emanando como una cascada grotesca cada vez más y más
sangre. Sus ojos, aunque ya no veían nada, estaban completamente abiertos, casi
como los de él, mirando fúnebremente lo trágico del destino y lo escuro de la
muerte.
De pronto, algo lo sacó de aquella nube maligna de la que
había sido metido sin querer y lo introdujo otra vez en la nerviosa desesperación.
_ ¡Maddie! –gritó Edith desde afuera ingresando a su casa
La entrada principal quedaba a solo cuatro metros y una
puerta de la escena del crimen. Axel no sabía qué hacer.
_ Maddie, ¿Dónde estás? –preguntó entrando
Maddie... otra vez se nombraba a la maldita muñeca que había
sido testigo del crimen. Axel no la había visto detrás de su esposa hasta
después de fallecer. "Si tan sólo fuese alguien con vida, la enviaría a la
cárcel, porque ambos sabemos que yo no he sido el asesino.", se dijo en su
interior considerando que estaba al borde de la locura.
La vena que había crecido en su frente le deformaba la cara
casi tanto como su cicatriz, dentro de ella, corría su sangre homicida furiosa
y vertiente como la de la cabeza de Maia. Se dio la vuelta y cerró la puerta de
un golpe, ni siquiera se dio cuenta que estaba actuando, hasta parecía verse
afuera de él mismo, desconociéndose como persona.
Tomó con fuerza el cuerpo de Maia y lo metió bajo la cama.
Gotas de su helado sudor cayeron en el ínterin.
El puño de su hija golpeó la puerta.
_ Mamá, ¿Maddie está allí contigo? –Preguntó desconociendo
lo que ocurría detrás de la puerta
El atlético estado de Axel lo había beneficiado en aquél
momento, sólo tardó unos segundos en esconder el cuerpo de su madre. Luego,
movió la cómoda hacia delante para que ésta quede encima del charco de sangre.
Respiró hondo y abrió la puerta.
Edith lo vio y le causó asco verlo en ese estado. Lucía
traspirado, despeinado y agitado. Pero cuando vio que tenía a la muñeca en su
mano la tomó rápidamente y se olvidó del tema. Dio media vuelta y se fue de
nuevo hacia la hamaca.
_ ¿Dónde estabas? –Se le escuchó decir Me dijiste que ibas
al baño y terminaste en el cuarto de mamá...
La palabra "mamá" resonó en su mente junto con
otra que desde hacía varios minutos evitaba afrontar: Criminal.
Pidió faltar al trabajo esa tarde por motivos de salud,
confesó que no le importaba el monto de dinero que le descontarían de su sueldo
el próximo mes por ello.
Lo que haría en el correr del día no lo pensó mucho, estaba
demasiado choqueado como para poder realizar sus acciones con claridad.
Primero, esperó que su hija se duerma, tan profundamente como acostumbraba a
hacerlo.
Sacó del fondo de la casa una enorme hoja de plástico
grueso, con la que envolvía las vigas y otros elementos que había comprado para
la reformación del hogar y la llevó hacia el lugar del crimen. La colocó sobre
la cama de una plaza y recostó a su esposa encima, tapándola después con una
manta roja. Acto siguiente, la limpieza total e impecable del lugar.
Mientras trapeaba no dejaba de pensar en el hecho de que su
hija ya no vería más a su madre. No tuvo necesidad de mentirle, por alguna
razón no le había preguntado dónde se encontraba su madre que no había visto en
todo el resto del día.
Cada lágrima que derramaba en el piso, era eliminada con el
agua enjabonada que liberaban las cuerdas del trapeador y que se mesclaba con
la sangre espesa pegada en los tablones.
Cuando terminó, hizo lo más difícil. Mientras todo secaba,
envolvió como a un enrollado al cadáver en el plástico y con las puertas de la
habitación, de la entrada y de la camioneta abiertas, se transportó con rapidez
y sigilo con su mujer en los brazos, rogando a la suerte no encontrarse con
Edith despierta. Cuando quiso acordar, estaba en el asiento delantero con la
mano en la llave, comenzando a llevar a su esposa al rio más cercano, a unos
dos kilómetros de allí. Si la suerte lo acompañaba, no lo atraparían. El rio
corre fuerte y desemboca en una cascada de piedras, sabía que era un indigno
adiós hacia el cuerpo de su mujer, pero debía elegir entre eso y pasarse toda
la vida en la cárcel.
La próxima imagen que tenía de sí, era su cuerpo recién
bañado, acostado en la cama matrimonial, sin mover un sólo musculo, sin creer
lo que acababa de pasar ese día. No supo cuándo se durmió, pero cuando quiso
acordar, el sol ya se había asomado por completo desde el frío horizonte.
Se desperezó con sus parpados congelados, para él solo
habían pasado unos minutos, su cuerpo no tenía muestras de sentirse descansado
y necesitaba estarlo para afrontar todas las mentiras que debería formularle a
la policía para no ir preso, se tomaría todo el día para pensar bien en eso y a
la noche llamaría a las autoridades para anunciar la extraña desaparición de su
mujer.
Se sentó en la cama y abrió los ojos. Gritó del susto.
El reloj casi marcaba las ocho de la mañana, era imposible
que Edith ya haya despertado.
Justo al lado de su cama, estaba Maddie parada, como si sus
pies de plástico estuviesen clavados en el piso a través de la alfombra color
roja.
En la casa había un silencio que le producía un leve zumbido
en sus oídos, luego se escucharon unos pasitos secos que provenían del pasillo.
Era Edith.
Entró a la habitación con un rostro inentendible, sus ojos lucían
apagados y artificiales, como si por ellos hubiese perdido la esencia de su
vida. Estaba vestida con su camisón blanco de cama y se veía media perdida.
_ ¿Edith? ¿Estás bien, pequeña? –le preguntó su padre, como
si en su cabeza no tuviera ningún problema por el que preocuparse.
Ella no respondió al instante. Luego, bajó la cabeza hacia
Maddie, quién estaba de espaldas a ella. La subió de nuevo y en el instante que
iba a comenzar a hablar, le bajaron de sus narinas dos finas y brillantes
líneas de sangre que se deslizaron por sus labios y cayeron sobre la cabeza de
Maddie, manchando el tul de su vestido de novia.
_ Maddie no está vacía. Aún puedes salvarnos. –Dijo y salió
corriendo a toda velocidad
Su padre se paró inmediatamente y salió en busca de ella.
_ ¡Edith!... ¡Edith, vuelve aquí! –le gritó antes de salir
del cuarto, pero se detuvo en la puerta y dio un giro de ciento ochenta grados
para ver de espaldas a Maddie.
"Maddie no está vacía. Aún puedes salvarnos..."
recordó y se estremeció del miedo.
_ ¡¿Qué carajo está pasando?! –Gritó al techo agarrándose
mechones de su cuero cabelludo con tanta fuerza que los arrancó No... esto no
es real, esa muñeca sólo es juguete, ¡un estúpido juguete! Maia no estaba en lo
cierto, Edith está confundida y yo... bueno, creo que yo sí estoy loco.
Todo eso lo había dicho con los ojos apretados y cuando los
volvió a abrir, la muñeca estaba con la cabeza dada vuelta, mirándolo con los
ojos más vivos del mundo. Axel notó que las manos de Maddie estaban manchadas
de color rojo y una de ellas cargaba un lápiz, precisamente el mismo que había
perdido Maia y con el que supuestamente había escrito a su amante.
El estómago Axel se torció de repente y lo hizo encorvarse
haciéndole escupir un vómito verde con manchones rojos de sangre que se
desparramó fuera del borde de la alfombra. Su respiración era agitada, pero
cuando vio la sangre, se aceleró aún más.
_ ¡No nos matarás! –Le gritó desquiciadamente ¡No nos podrás
matar, Amadine! ¡Primero lo haré yo!
Y de nuevo recordó la frase que había dicho Edith:
""Maddie no está vacía. Aún puedes salvarnos...".
Sin pensarlo dos veces, cargó la muñeca y la acostó boca
arriba sobre la cama, luego la volteó, sus ojos lucían demasiado reales como
para volverlos a mirar.
_ Bien, Edith ha dicho que no estás vacía. ¿Qué mierda
llevas en tu interior, maldita puta? –le dijo destrozando el velcro para
desvestirla
Descubrió su espalda y vio en su cuello la palabra
"Maddie", más abajo, en el medio de su envés estaba escrita la frase
"Ábreme si quieres vivir" y al momento en que lo leyó corrió hacia la
cocina a buscar el cuchillo más grande. Sin piedad alguna, penetró aquél
plástico como a un trozo de carne muerta y le hizo un tajo que recorrió su
espalda, lo abrió y halló en el interior un sobre pequeño, de apariencia exacta
al que había encontrado hacía veinte horas, con la diferencia que éste estaba
bloqueado con un sello rectangular con el apellido "Tussaud" escrito.
Lo abrió desesperadamente y leyó lanzando de su boca sucia
de vómito, un gemido de horror que no cesaba.
"Mis queridos malaventurados, no lo tomen de manera
personal todas las desdichas que le he hecho pasar. No quería hacerles sufrir,
pero no podré revivir plenamente si no entrego antes de tiempo los tres cuerpos
necesarios.
Aun así, si estás en contra de mis planes, te doy el permiso
para que continúes tu vida en paz. Simplemente debes enterrar mi cuerpo de
plástico, aquél que tome prestado para realizarlo todo y entiérralo bajo una de
las higueras en un agujero profundo y grande como para poner un humano, sólo de
ésta forma mi alma descansará en paz y ya no podré volver al mundo real. Mis
dioses son deidades muy generosas con los humanos y aún en contra de mi
voluntad, me han obligados a decirles la solución a su problema, pero recuerda,
sólo podrás lograrlo si todavía no han muerto dos de ustedes"
Axel no sabía si en ese momento debía gritar de felicidad o
entregarse al terror que corría por sus venas y que hacían que su pecho estalle
en latidos.
Agarró a la muñeca de los pelos corrió como un felino
africano hacia el fondo de su casa para tomar una pala de excavación.
Afuera caía un rocío invernal, pero a Axel ni siquiera se le
pasó por la cabeza abrigarse. Atravesó nuevamente la casa, ésta vez su meta era
el frente hacia la higuera más cercana, tenía ambas manos ocupadas y en su
mente yacía la pregunta "¿Dónde está Edith?"
La llamó a gritos imaginando cómo se lamentaría si estuviese
muerta, no solamente porque se quedaría sólo, sino porque habría faltado a la
única condición que tenía el macabro juego de Amadine, no enterrar a la muñeca
si ya hay dos personas muertas.
Cuando salió por la puerta delantera, vio a Edith de
espaldas sentada sobre la hamaca del sauce, parecía estar en perfectas
condiciones pero no quiso vociferarle, algo dentro de sí le decía que debía
terminar con el entierro cuando antes y además comprendía como comprendía la
obsesión de su hija hacia la muñeca, la verlo enterrarla protestaría contra él
y no tenía tiempo para ese tipo de escenas.
Tiró la muñeca hacia un lado y de inmediato comenzó a cavar.
Al hacerlo, Edith se dio cuenta de lo que hacía y se acercó a él,
inexplicablemente no levantó queja alguna, permaneció callada todo el tiempo
salvo tres o cuatro veces en donde tosía y le sangraban las narices, en esos
momentos era en los que Axel más se apresuraba. Por suerte, la tierra estaba
húmeda por el abundante rocío que la había ablandado, entonces no tardó mucho
tiempo en cavar el gran pozo. Cuando terminó, no pudo evitar largar una
aturdidora carcajada cuyo aullido demente torció del miedo hasta a las
higueras. Agarró del pelo a la muñeca que había permanecido inmóvil todo el
tiempo y la arrojó adentro.
_ ¡Ahí tienes tu maldito pozo, hija de puta! ¡Ahora déjanos
en paz! –le exclamó
Cargó un montón de tierra con la pala y comenzó a llenar el
pozo, pero algo lo detuvo. Sintió un dolor indescriptible en su espalda, algo
frío y filoso lo había atravesado de atrás, percibió que sus pulmones le ardían
pero al mismo tiempo sentía congelado el resto de su cuerpo. Tosió una vez y de
su boca saltó un chorro de sangre, su respiración ahora había alcanzado el
punto máximo de agitación y cada vez le costaba más tomar aire.
Edith retiró el cuchillo que había clavado en la espalda de
su padre y soltó una risita al mismo tiempo que éste caía al pozo. Golpeó su
cabeza con la tierra húmeda y desparramada, estaba boca arriba junto a la
muñeca Maddie que enigmáticamente, tenía la nariz y la boca empapadas de
sangre.
Aún con el dolor que estaba terminando con su vida y la tos
sangrienta que sucedía cada cinco segundos, tomó fuerzas para decir sus últimas
palabras.
_ Ed... Edith... ¿Qué me has hecho?
La niña se rió nuevamente y agarró la pala del piso, luego
habló:
_ ¿Edith? –Largó una carcajada malvada Éste ya no es el
cuerpo de tu hija. Ella ahora está muerta, justo a tu lado. –Axel le dio un
vistazo a la muñeca y en un esfuerzo de llorar, una corriente de dolor le hizo
retorcer su cuerpo, la niña siguió hablando Lo más gracioso de todo es que yo
sólo te he matado a ti, pero tú... tú has matado a toda tu familia, accidentalmente,
pero en fin, los has matado a todos. Por si el dolor no te deja darte cuenta,
cuando abriste a la muñeca por la espalda para retirar el sobre, en realidad se
lo estabas haciendo a mi querida amiga Edith, pero no te preocupes,
posiblemente murió en el segundo y sin darse cuenta; y ahora morirás tú, tal y
como me lo han predicho los dioses. –En ese momento, Axel dejó de respirar y el
viento furioso: el viento de mal, sopló por toda la casa Ya he entregado mis
tres ofrendas, ya los he sacrificado y ahora, estoy nuevamente viva.
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